¿Son justas las deportaciones de inmigrantes hispanos? | La Nota Latina

¿Son justas las deportaciones de inmigrantes hispanos?

La Corte Suprema de Estados Unidos le puso fin a las iniciativas del presidente Barack Obama para proteger de la deportación a más de 4 millones de inmigrantes que se encuentran ilegalmente en el país. El proceso continúa.

Los tres agentes tocaron la puerta de un dúplex en un pueblo de Wisconsin justo después del amanecer. El inmigrante mexicano que vivía en el departamento asomó la cabeza.

Le preguntaron su nombre. En cuestión de minutos, José Cervantes Amaral estaba esposado mientras su esposa, también de México, miraba en silencio. Después de trabajar y vivir tranquilamente durante 18 años en Estados Unidos, Cervantes se alejaba en el asiento trasero de una patrulla rumbo a su deportación.

Es algo que sucede a diario. La semana pasada, la Corte Suprema de Estados Unidos le puso fin a las iniciativas del presidente Barack Obama para proteger de la deportación a más de 4 millones de inmigrantes que se encuentran ilegalmente en el país, la mayoría padres de ciudadanos estadounidenses.

Obama no ocultó la frustración que le provocó la decisión y dijo que su objetivo era ayudar a los inmigrantes que habían criado familias aquí y habían ayudado al país con su trabajo. El presidente dijo que los inmigrantes que podrían haber cumplido los requisitos para los programas todavía estarían a salvo de la deportación. Aun así, miles de deportaciones se llevan a cabo todas las semanas.

Los Deportados

Cuando Obama anunció por primera vez los programas de protección en noviembre de 2014, también estableció nuevas prioridades para su aplicación. Desde entonces, según las autoridades de inmigración, se concentran en deportar a criminales convictos y extranjeros que representan una amenaza a la seguridad nacional.

Sin embargo, las prioridades de la administración también incluyen la deportación de migrantes centroamericanos, entre ellos niños, que empezaron a llevar masivamente desde 2014. Además, a menudo también se llevan a los inmigrantes que cometieron delitos menores —o que no cometieron delito alguno— en los operativos.

Los funcionarios de Homeland Security dijeron el viernes pasado que la decisión de la Corte Suprema no tendría efecto alguno en el ritmo ni la estrategia de aplicación.

“Nuestros recursos no se concentrarán en la expulsión de quienes no han cometido delitos graves, quienes han estado en este país durante años y tienen familia aquí”, dijo Marsha Catron, vocera del departamento. “Con esta política, estas personas no son prioridad en cuanto a las deportaciones en el país, ni deberían serlo”.

Obama ha llevado a cabo muchas más deportaciones que los presidentes anteriores, pues ha establecido un récord de más de 2,4 millones de deportaciones formales.

No obstante, los legisladores republicanos señalan una importante disminución de las deportaciones: han bajado 43 por ciento en 2015 después de haber alcanzado la cifra de 409.849 en 2012.

Sin embargo, lo que algunos consideran insuficiente otros consideran un exceso. Esta semana, la Oficina de Inmigración y Aduanas —conocida como ICE, por su sigla en inglés— dijo que había arrestado a 331 inmigrantes entre mayo y junio en Illinois, Indiana, Wisconsin, Kentucky, Kansas y Missouri. Los operativos fueron su “más reciente iniciativa para arrestar y deportar a criminales convictos extranjeros”, dijo Ricardo Wong, director de la oficina de la agencia en Chicago.

“Al concentrar nuestros recursos en los infractores más notorios”, dijo Wong, “aseguramos que nuestros recursos se utilicen de la mejor manera mientras mejoramos la seguridad pública de manera inmediata”. Cervantes fue uno de los arrestados.

En 2006, dijo Cervantes en una entrevista por teléfono el viernes pasado, estuvo atrapado en una redada de inmigración en una fábrica cerca de su trabajo. La policía local que participó en la redada lo arrestó y descubrieron —de manera errónea, según dice— que estaba trabajando con documentos que tenían un nombre falso.

Cervantes, quien es obrero, se declaró culpable de un delito menor de robo de identidad. Una década más tarde, después de que él y su esposa criaron a dos hijas en Genoa City, Wisconsin, los agentes de inmigración llegaron a su puerta para deportarlo.

Fuente: nytimes.com

Redacción La Nota Latina
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