La mujer elegante y distinguida se destaca entre la multitud por sus modales impecables, conducta educada y vestimenta de buen gusto.
Hay personas que parecen haber nacido con la elegancia en las venas, todo les sienta bien; cualquier sencilla pieza adquiere un glamour extremo en sus cuerpos. Pero si el concepto de elegancia no forma parte de tus genes, no hay que desesperar, porque la elegancia también se puede aprender, poniendo en práctica algunas sencillas premisas. La elegancia es, ante todo, una actitud.
Comparto a continuación recomendaciones muy simples pero claves para lucir elegante en cualquier lugar u ocasión.
• Vístete con las prendas y complementos necesarios: ya sabes, de lo bueno, poco.
• No uses prendas de colores o dibujos demasiado llamativos, opta por colores mates.
• Aprende sobre proporciones: la clave para estar elegante es el equilibrio.
• El calzado merece mención especial porque transmite la personalidad. Un excelente calzado realzará toda tu indumentaria.
• Se puede llevar ropa sencilla y ser elegante. Nunca olvides que ser elegante significa saber escoger. La síntesis de la elegancia es la sencillez y naturalidad.
• Los accesorios hacen que un conjunto básico se vea deslumbrante. Si los usas correctamente pueden ser tu mejor técnica para verte elegante a diario.
• Muévete con porte y dignidad. No arrastres los pies ni curves la espalda. La elegancia con gracia es un hábito que se aprende.
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