Los genes maternos se impusieron y determinaron lo que ha sido la vocación de Danae Bernal desde hace más de 23 años. Viviendo en Cuba y sin proponérselo, a los 11 años atendió a su primera clienta porque la señora no podía esperar hasta que llegara su mamá, la dueña del negocio. Le hizo corte y peinado, dejando muy complacida a la dama. De modo que ya en su adolescencia, las enseñanzas de su madre habían encontrado suelo fértil; sin embargo, fue en su etapa adulta cuando finalmente entendió que su pasión pertenecía al fascinante mundo de los salones de belleza.
“Es un oficio que me permite dar bienestar al cliente. Me encanta la reacción de las personas cuando se miran en el espejo con esa expresión de satisfacción que les cambia el ánimo y las pone de buen humor. Eso es algo que no tiene precio”, comenta la estilista durante un momento de calma en su “D Hair Studio Salon”, ubicado en 6880 W Flagler St, Miami Fl 33144.
Le preguntamos sobre la principal recomendación para cuidado del cabello femenino en Miami y sin titubeos respondió: hidratación. “Teniendo en cuenta las condiciones climáticas y el estilo de vida en esta ciudad, lo más importante es la hidratación, tanto interna como externa. Tomar mucha agua, ciertas vitaminas en forma periódica y tratamientos específicos para eliminar la resequedad”, apuntó.
En la trayectoria profesional de Danae Bernal, destaca su participación en diversos entrenamientos con las marcas más reconocidas del mundo de la estética, generando un cúmulo de conocimientos que pone a disposición de su clientela y que extiende a otros profesionales del área en su condición de instructora de belleza de productos y técnicas específicas y de vanguardia.
Sonriendo comenta que no hace milagros ni tiene varita mágica para arreglar en forma instantánea una cabellera dañada. “Utilizo mi experiencia y conocimientos para arreglar lo que ha sido mal ejecutado, y rescatar gradualmente una cabellera reseca y maltratada”, expresa la experta.
Recalca que se siente bendecida por desarrollar una actividad profesional que le apasiona y por la cual adicionalnente le pagan. Muchas de sus clientas acuden al salón por el servicio especializado que allí se brinda, pero en ciertas ocasiones el motivo es simplemente compartir una taza de café o una copa de vino en un cálido espacio con gente amiga.
