La celebración del Día de San Valentín remonta su historia a la antigua Roma, que declaró el 14 de febrero una fiesta para Juno, reina de todos los dioses y diosas romanas. En el siglo XVIII, el Día de San Valentín se hizo muy popular en toda Gran Bretaña y los amantes comenzaron a intercambiar regalos simbólicos junto a sus tarjetas de San Valentín. Entre los plebeyos, este regalo era a menudo un pequeño dulce que se podía obtener con fondos escasos. En las clases altas, los regalos se volvieron cada vez más extravagantes e incluían grandes cajas de chocolates, dulces e incluso joyas.
A medida que la sociedad ha ido avanzando, muchas tradiciones para celebrar San Valentín se mantienen, algunas han sido modificadas y otras han desaparecido, como el intercambio de cajas ornamentales de chocolate.
Lo cierto es que al margen de que el día de San Valentín es visto como un gran negocio, es una oportunidad para honrar el romance, el afecto, el amor y la amistad.
Tarjetas caseras
En los siglos dieciocho y diecinueve, los amantes dedicaron un esfuerzo considerable a crear algo hermoso y las escribían, esa era la norma. “Estas tarjetas a menudo presentaban cordones elaborados, cintas y adornos, o grabados de pájaros, mariposas, flores y otras imágenes vernales: obras de arte a pequeña escala y de pequeño presupuesto”, explica la escritora Sara Davis en Table Matters. En Estados Unidos, se le considera a Esther A. Howland (1828-1904) como la creadora de la tarjeta del Día de San Valentín. Hija del propietario de una librería, Howland quedó fascinada con una tarjeta de San Valentín inglesa que llegó a sus manos en 1847, lo que la animó a diseñar un pequeño número de ellas y pedirle a su hermano que las incluyera en el catálogo de su próxima gira comercial por Estados Unidos. El éxito fue tal que Howland formó un taller con varias amigas y siguió difundiendo sus tarjetas por todo el país. A finales del siglo XIX, las tarjetas de San Valentín fueron producidas en fábricas por Norcross, más tarde conocido como Hallmark.
Cenas y bailes
En lugar de gastar dinero en una cena de lujo para dos, las parejas solían asistir a la cena del Día de San Valentín y a fiestas con bailes en casas privadas en los EE.UU. Esta celebración era más asequible y representaba una manera de pasar el día con todos los amores en su vida, incluyendo amigos y familiares.
Rompecabezas
En el siglo pasado, las tarjetas de San Valentín eran rompecabezas complejos de papel plegado, permitiendo que diferentes porciones de la tarjeta del día de San Valentín fueran expuestas en diferentes momentos y contenían una serie de cartas de amor que estaban destinadas a ser leídas por separado, pero también se ajustaban para crear un hermoso diseño y mensaje. Esta tradición no existe en la actualidad.
Cajas de chocolate
Una tradición que parece haber desaparecido por completo es el intercambio de cajas de chocolate ornamentado. Richard Cadbury, el heredero del renombrado imperio británico de chocolate, posee el crédito de ser el creador de la primera caja en forma de corazón para San Valentín, de acuerdo con History.com. Él vendió chocolates a propósito en una caja hermosa, la cual esperaba que fuera atesorada por los clientes y reutilizada otra vez para almacenar otros artículos como cartas de amor. (De hecho, antiguas cajas de Cadbury de la época victoriana existen y se consideran herencias valiosas.)
