¿Cuáles son las etapas del duelo? | La Nota Latina

¿Cuáles son las etapas del duelo?

Sobrellevar la pérdida de un familiar o amigo, podría ser uno de los mayores retos que podemos enfrentar. La muerte de un hijo, de la pareja, de los padres o de un hermano causa un dolor profundo. Podemos ver la pérdida como una parte natural de la vida, pero aun así nos embarga la confusión, lo que puede dar lugar a largos períodos de tristeza y depresión

Diego y su hermanita Flavia
Diego y su hermanito Andrés.

Lo primero es el impacto de recibir la noticia de la muerte del ser querido. De inmediato entramos en la Negación. Aunque es un proceso tan natural como nacer, las circunstancias del deceso desencadenan innumerables sentimientos. Sencillamente no asimilamos la noticia. Nos cuesta creer que la muerte llegó. Cuando nos notificaron que nuestro Gran Andrés había tenido tres paros respiratorios y que del último no pudo salir, me hinqué de rodillas a los pies de la doctora. Quedé en shock, estaba helada de los nervios. Inmediatamente le pedí ingresar a la Unidad de cuidados intensivos para verlo. Me negaba a la realidad de esta noticia. Era un dolor desgarrador acompañado de ese llanto que se aferra en el pecho y no brota impidiéndote respirar. Es tan fuerte que nos paraliza. Todo pierde sentido. Es tan difícil creer que la persona que amamos no la vamos a ver más.

Poco a poco dentro de ese panorama turbio, vamos regresando a la realidad y es cuando la Ira toca la puerta. Más que rabia, en mi experiencia diría odio. En ese momento me molesté tanto con Dios. Sentí que nos abandonó cuando más lo necesitábamos. Los sentimientos “negativos” también entraron sin avisar. Culpabilidad por las palabras no dichas o por los errores cometidos. No hay tiempo para controlar las emociones. Los por qués son los únicos que retumban en nuestra mente. Y cuando los sentimientos más primarios van disipándose, cobra protagonismo el auténtico rey de las pérdidas esenciales: el VACÍO.

Después de tanto llorar, de preguntarme por qué me pasó esto a mí, de culparme por no haber hecho esto o aquello. Perdemos conocimiento del tiempo, del espacio y es cuando entramos en Depresión. La tristeza y el miedo se manifiestan en su máxima expresión. Yo me refugiaba sólo en el llanto. El sufrimiento es perenne. Se busca al ser amado y simplemente no está. Entraba al cuarto de mi hijo y me ahogaba en llanto al ver su cuna vacía. Trataba de sentirlo a través del olor de su ropita, veía fotos y más fotos. Sus recuerdos me destrozaban, me hacían sufrir. Muchos días me puse irritable. Todo me molestaba y alteraba. Tenía agotamiento físico y mental. De a rato sentía que no iba a poder con el dolor, no sabía qué hacer con él. Que me enloquecía. Pero es necesario e indispensable sentirse así, esta etapa es crucial para poder sanar.

Todos reaccionamos de forma diferente a la muerte y echamos mano de nuestros propios mecanismos para sobrellevar el dolor. Las investigaciones indican que el paso del tiempo permite a la mayoría de las personas recuperarse de la pérdida, es importante contar con apoyo de nuestro entorno social y mantener hábitos saludables, es ahí cuando llega la etapa de la Aceptación. Aceptar la muerte de alguien cercano puede tomar desde meses hasta años.

Belkis, su esposo y Andrés.
Belkis, su esposo y Andrés.

Si tomamos en cuenta que la mayoría de nosotros puede superar la pérdida y continuar con nuestras vidas, nos damos cuenta de que los seres humanos, por naturaleza, tenemos una gran capacidad de resiliencia. Pero algunas personas lidian con el duelo por más tiempo y se sienten incapaces de llevar a cabo sus actividades cotidianas. Estas personas podrían pasar por lo que se conoce como duelo complicado y les podría beneficiar la ayuda de un profesional que se especialice en el duelo. Una terapia no es suficiente. Les recuerdo, si bien es de gran utilidad, el psicólogo no nos va a decir qué hacer. Sé que te estarás preguntando, ¿cuánto tiempo dolerá? Eso sólo depende de ti.

Cada etapa hay que vivirla. Hay que llorar, llorar y volver a llorar. El llanto es una terapia. Debemos descargar toda esa rabia que tenemos. Nos sentiremos culpables, lo importante es tener la capacidad de perdonarnos y asumir que la persona ya no está, dejar fluir todo resentimiento. Finalmente, viene el Aprendizaje. Debemos elegir continuar, es duro, pero no imposible. Debemos elegir ser feliz pese a la adversidad. Debemos elegir seguir con nuestra cotidianidad.   Piensa por un minuto, cómo le gustaría a tu ser querido que tu vivieras. ¿Crees que le gustaría verte triste, deprimida, rabiosa o le encantaría verte feliz, sonreír y lograr tus metas?  Particularmente me reconforté con el yoga. Leí, leí y volví a leer. Comencé a nutrirme con texto de duelo. Todas las mañanas salía a trotar. En los entrenamientos, en cada gota de sudor liberaba mi cuerpo de toxicidad. Todos a mi alrededor me veían fuerte, y expresaban admiración. Pero yo me sentía tan débil y con el alma destrozada.

Durante casi año y medio de la pérdida de mi hijo, he comprendido que el duelo es cuestión de aceptación y sobre todo mucha actitud. Yo tengo a mi Chocolate como mi Dios particular. Sé que me acompaña y protege. Experimenté cada una de las etapas. Aún me duele su ausencia. El dolor lo vivo  distinto¸ tiene otro matiz, lo vivo desde el agradecimiento. Siempre lo extrañaré, amaré y lloraré. Lo haré porque siempre será mi hijo y yo seré su madre. En cada lágrima dejo fluir mis sentimientos, me libero y continúo.

Me despido como siempre lo hago cuando escribo sobre ti hijo: “Dios te bendiga. Te amo. Un beso enorme y un fuerte abrazo que lleguen hasta el cielo”.

Redes:

Instagram y Twitter: @osoriobelkis

E-mail: osoriobelkys22@hotmail.com

Belkis Osorio
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