Considerado con el más grande alpinista de todos los tiempos, Reinhold Messner sabe bien lo que siente conquistar las alturas de las montañas más altas del planeta. Su pasión es crear arte y vida en ellas y por eso acaba de abrir su sexto museo en la cumbre del Kronplatz, en el sur del Tirol italiano, a dos mil trescientos metros de altura. Ningún lugar es mejor para admirar la belleza de los Alpes y conocer más sobre la disciplina del alpinismo.
Reinhold Messner nació en Bresanona, Alto Adige, en el Tirol del Sur, en Italia, y quizás fue ese hermoso paisaje circundante el que le motivó a desarrollar una asombrosa carrera como alpinista. Es la primera persona en el mundo en escalar las 14 cumbres de más de 8 mil metros, sin oxígeno. En sí, ya esa es una hazaña mayor. Pero este inquebrantable hombre asombra aún más cuando uno revisa su historial.
Messner y el austríaco Peter Habeler escalaron el monte Everest sin botellas de oxígeno en 1978 y dos años más tarde repitió el ascenso solo, convirtiéndose en el primer hombre en lograrlo. Conquistó el Nanga Parbat en Pakistán, marcando un hito en el alpinismo mundial cuando escaló la Vertiente Rupal de cuatro mil quinientos metros, considerada la pared vertical más grande de la Tierra. Descendió por la otra cara de la montaña, conocida como Diamir.
También cruzó la Antártida sin ayuda extrema. Con toda esa experiencia, una fuerza de voluntad y un carácter inquebrantable, a pesar de la muerte de su hermano Günther durante el descenso por la Diamir, Reinhold Messner, es mucho más: escritor, conferencista, miembro del Parlamento Europeo por la Federación de los Verdes de Italia y activo empresario en el área de montañismo. Ha sido reconocido con el Piolet de Oro por su trayectoria. Es prácticamente una leyenda.
Sus libros Mi vida al límite; Séptimo Grado; En los límites de la Tierra. Desafíos alpinos en el Himalaya y Karakorum; Solo. La primera ascensión en solitario al Nanga Parbat; Espíritu Libre. Vida de un escalador; Annapurna. 50 años de expediciones a la zona de la muerte; Mover montañas. El credo de un explorador de los límites de lo desconocido; La montaña desnuda. Nanga Parbat – Hermano, muerte y soledad; y Sin oxígeno. Everest, son referencia para quienes quieren incursionar en este desafiante deporte.
Messner y sus museos
Siempre activo, Messner colaboró recientemente con el arquitecto británico-iraquí Zaha Hadid para crear un espacio museístico único abierto a los visitantes en la cumbre del monte Kronplatz, a dos mil doscientos setenta y cinco metros sobre el nivel del mar.
Se trata del Messner Mountain Museum Corones y está dedicado a honrar el mundo de las escaladas, la disciplina suprema del montañismo, incluyendo la exhibición de herramientas, fotografías y objetos del propio Messner.
Eso sí, una visita a este magnífico lugar implica que llegue a la cumbre de una montaña rocosa, donde podrá admirar las vistas panorámicamente, con 240 grados. No debe sufrir de vértigo. Tampoco pasará frío, el edificio está perfectamente aclimatado, así sea verano o invierno, con temperatura constante.
Messner declaró a la prensa cuando abrió las puertas el 24 de julio pasado que se trata de un lugar único: “Lo más especial de este museo es la combinación de la ubicación, vistas y arquitectura”, comentó. Y es que por las ventanas puede deleitarse con las vistas a los Alpes de Zillertal y al monte Ortles, el más alto del macizo oriental, que unen a la naturaleza con el propio tema del museo.
En esta construcción destacan diferentes niveles, hay una tienda, un cine para 20 personas, exposiciones variadas y algunas presentaciones que irán cambiando según las temporadas.
Aquí conocerá sobre la historia de las montañas, aspectos de la vida de Messner como alpinista, descripción de sus rutas y sobre todo, cual ha sido el desarrollo del alpinismo moderno, incluyendo la evolución de los equipos técnicos que ha hecho posible la conquista de las montañas más famosas del mundo como la Matterhorn en Los Alpes suizos, el Cerro Torre en la Patagonia o la Montaña K2 en Pakistán. Para ello se vale de reliquias, fotografías, documentos, pinturas, esculturas, y nada mejor que el propio paisaje exterior que entra directamente al museo y parece adueñarse de él.
Messner le habla al público sin tapujos, como empresario y protagonista de un mundo que invoca la aventura y una vida sin límites donde el hombre y la montaña emprenden una constante lucha a ver quién la conquista. Todos sus museos son así, hechos para entrar en silencio, desacelerar el ritmo de vida y apreciar las vistas inolvidables
Evelyn Navas @EcnaproAsesoria
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Interesante museo, como para visitarlo