En estos tiempos festivos, el reencuentro familiar debería ser primordial. En Navidad y Año Nuevo es fundamental compartir con los más cercanos y las amistades. Así que es hora de poner un alto a los que pasan mucho tiempo en redes sociales o con juegos electrónicos, sobre todo los niños, hoy más que nunca presas de la adicción al Internet.
Más de 9 horas pasan los adolescentes y preadolescentes de Estados Unidos conectados a Internet y navegando en redes sociales o jugando sus videos juegos favoritos. Así lo determinó un estudio de Common Sense Media. ¿Cuánto incide esto en el desarrollo psicológico de nuestra juventud? La ola de tiroteos en escuelas y lugares públicos con jóvenes como protagonistas de la violencia y la muerte puede darle un atisbo.
Lo que debería preguntarse el norteamericano común y sobre todo los que son padres es ¿Qué debe hacerse frente a la adicción a la Internet y las redes sociales? Los regalos tecnológicos dominan el gusto de la población general, incluso la hispana. Así que es muy seguro que las listas a Santa, Papá Nöel y el Niño Jesús estén llenas de dispositivos electrónicos como teléfonos inteligentes, tablets, laptops, computadores, planes de teléfono y de internet de mayor envergadura para estar en línea en todo momento. Sí, eso es lo que los niños y jóvenes de hoy quieren: estar online con sus amigos disfrutando de juegos y música, compartiendo sus intereses en diversas redes sociales.
Ahora bien, ¿Cómo afecta este tipo de regalos la vida familiar y el rendimiento académico? ¿Quién controla el tiempo que pasan conectados y en qué lo invierten los jóvenes? Si bien la Internet es fuente de conocimiento y las redes sociales una oportunidad para estar en contacto y mantenerse al día, es también fuente de alienación y de alejamiento, de total abstracción de la vida familiar y hasta pública.
Common Sense Media, empresa sin fines de lucro enfocada en apoyar la labor educativa y de orientación parental sobre medios de comunicación y tecnología, dio a conocer los resultados de su estudio, determinando que cualquier día de la semana, adolescentes y preadolescentes en Estados Unidos pasan casi 9 horas conectados vía online. Si el día tiene 24 horas, ¿cuándo estudian, almuerzan o cenan en familia, juegan al aire libre y hacen tareas? Pasan más tiempo en videojuegos, en las redes sociales, viendo televisión que interrelacionándose con el mundo real.
Lo más chocante que revela el estudio: niños de 13 años revisan más de 100 veces al día su Facebook o Instagram (o las redes más populares) para enterarse qué dicen sus amigos sobre ellos. Si luego tienen problemas de adaptación, de estima, de valoración, ya saben por qué.
La vida en la era digital
La culpa no es del niño o el adolescente. ¿Cuán involucrados están los padres en la vida de ellos? El control se debe ejercer en el hogar. Los datos del estudio revelan que los niños y jóvenes de hoy están totalmente inmersos en la era digital y tecnológica que los motiva a estar ‘presentes’ en las redes sociales y en la Internet todo el tiempo.
Esa inmersión total afecta la psicología del niño o joven y cuando se convierte en adicción conlleva a problemas familiares, sociales y hasta de salud como la obesidad y la diabetes.
Uno de los primeros signos que debe llamar la atención es la obsesión con la conexión: el encierro en una habitación para estar conectado todo el día y hasta la noche, conduce a la depresión y la ansiedad, también se tiende a presentar síntomas de trastornos obsesivos compulsivos y déficit de atención e hiperactividad (ADHD). El efecto de esta sobreexposición de los niños y jóvenes hacia la tecnología es prácticamente el mismo que si estuvieran consumiendo alcohol y drogas.
Así que durante los días festivos, aproveche para ejercer el control y déle al off en todos los aparatos electrónicos. Empiece a poner normas y horarios. Recuerde que los daños físicos y psicológicos son múltiples para los más vulnerables.
¿Sin televisión, sin juegos, sin redes sociales?
En Holidays o vacaciones, como familia establezca un plan de acción: horas para caminar, hacer deportes, visitar parques nacionales o públicos, museos, o sitios de interés como parques temáticos o de diversiones. Cada día una cosa. Algo que motive a los niños y jóvenes a distraerse fuera de casa. Sin duda, también se va a beneficiar su salud.
Si quiere promueva la lectura regalándoles libros, cuentos, narrativa de misterio o de acción específica para adolescentes. Hay variedad de opciones. Aproveche y plantéese actividades junto a ellos. Establezca un rincón o un espacio especial del hogar para estar juntos, leer, pintar, compartir, hacer manualidades o lo que los distraiga. Hablar, contar historias, sacar el álbum familiar, son también actividades que refuerzan el lazo como familia. Si los abuelos están de visita, promueva que se converse entre todos los miembros. Que nadie se quede en sus cuartos en soledad, haciendo vida social online.
Tiempo ideal para reforzar valores y crear conciencia
Aproveche el tiempo para inculcar valores. Uno de los peligros más grandes que se tiene en el uso de las redes sociales es la exposición ante el bullying y el sexting (fotografías momentáneas que aparecen en redes como Snapchat y que luego se copian y trasladan a otras redes como Facebook y Youtube, generando acoso y burla), o el acoso cibernético y físico. Así que obtenga información y en esas tardes libres de Navidad y Año Nuevo converse con sus hijos sobre este tema, muéstrele casos reales. También hable sobre la pedofilia y la esclavitud sexual, una temática muy oscura y dura, de la cual son víctima principal los adolescentes. Adviértales sobre cómo se enmascaran a través de las redes sociales haciéndose pasar por amigos.
Si tiene dudas sobre cómo ejercer control sobre lo que ven y comparten en Internet, asesórese. Existen diversos servicios y aplicaciones que le permiten saber qué hacen sus hijos en internet, con capacidad para bloquear, vigilar y filtrar contenido.
Si va a darles un dispositivo inteligente, recuerde abrirle las aplicaciones a su nombre, utilizando sus correos electrónicos y no el de los niños o jóvenes. Registre las claves de acceso y revise constantemente. Uno de los servicios más importantes para el monitoreo es SafetySurf (www.safetysurf.com) que ofrece con el programa Spector Pro, diseñado para monitorear las visitas al internet y el correo electrónico. Otro es ENUFF Parental Control (www.enuffpc.com) para marcar el tiempo en línea y hasta restringirlo. Consulte en Google, America Online y otros, por los sistemas de Improved Parental Controls para permitirles a los padres establecer las reglas de búsqueda y horarios en internet y correo electrónico de sus hijos.
Juegue, participe y establezca las normas
Pues sí, únase al juego. Pídale a sus hijos participar en sus juegos electrónicos, pregúntele de qué tratan. Motívese. No sólo se trata de ponerles las reglas claras, sino también de involucrarse, conocer más de que va un juego determinado, así podrá saber a qué se exponen sus hijos. De ese modo también está empleando ‘tiempo familiar’ y demostrándoles que su bienestar es importante para usted.
Así le será más fácil establecer el horario de juego o de estar conectados online. Pídale que les incluyan en sus redes sociales, comparta mensajes bonitos, fotos que estimulen o frases de cariño o de inspiración. Con un mensaje le puede dar las buenas noches y recordarle entregar el celular. Lo mejor es que estos aparatos no estén en los cuartos de los niños y adolescentes. Guárdelos en su habitación, es preferible.
Establezca una hora al día siquiera para estar todos en familia libres de aparatos electrónicos. La comida familiar es ideal para que todos pongan sus dispositivos en una bandeja o cesta, y mientras comen y recogen la mesa aprovechan para conversar, para ponerse al día con las actividades de la escuela. Es muy importante que haya comunicación y conexión emocional entre todos los miembros de la familia. Sea usted el primero en hacerlo. Compartir es lo fundamental.
Foto portada de mmmuruguay.org
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