¿Ahora quién podrá defendernos? Los culpables son inocentes⚖️ | La Nota Latina

¿Ahora quién podrá defendernos? Los culpables son inocentes⚖️

“¿Y ahora quién podrá defendernos?“ Esa frase se volvió célebre en Latinoamérica gracias al Chapulín Colorado, un personaje cómico creado e interpretado por Roberto Gómez Bolaños «Chespirito». Cada vez que alguien la decía, aparecía él con su traje rojo, su chipote chillón y su nobleza torpe diciendo: “¡Yo, el Chapulín Colorado!”. Era gracioso… pero también simbólico. Al menos alguien aparecía para dar la cara, por absurda que pareciera su solución.

Hoy, en Estados Unidos, nos hacemos esa misma pregunta, pero ya no nos causa risa.

¿Quién está defendiendo realmente a la gente?

¿A las madres que han perdido hijos por grupos terroristas?

¿A los jóvenes atrapados por el fentanilo?

¿A los veteranos sin techo?

¿A los ciudadanos que pagan impuestos, que siguen las reglas y que lo único que esperan es vivir en paz?

En estos días, vimos al senador Chris Van Hollen viajar a El Salvador para defender a un inmigrante deportado por orden judicial, acusado por su propia esposa de violencia doméstica y vinculado, según reportes oficiales, a la pandilla MS-13.

No es que no merezca un debido proceso —todos lo merecen—, pero la pregunta es:

¿Por qué este senador no hace ese mismo esfuerzo por los suyos?

¿Por qué no va a un centro de rehabilitación a escuchar a los destrozados por el fentanilo?

¿Por qué no exige más programas para ayudar a los jóvenes de su estado antes de que los grupos terroristas los recluten?

Prioridades extraviadas

Este senador no ha hecho una visita pública a una comunidad afectada por el fentanilo, ni ha alzado su voz por las víctimas de Maryland, pero sí se tomó el tiempo y los recursos de todos los contribuyentes para volar a otro país, tomarse una foto sonriente con un hombre cuestionado por sus vínculos con el crimen, y regresar con la bandera de defensor de los derechos humanos. ¿No es acaso eso traición a la patria?

¿Y los derechos humanos de las familias que viven con miedo? ¿Y los derechos humanos de quienes sufrieron víctimas de estos terroristas? ¿Esos no cuentan?

Y por si fuera poco, a este caso rocambolesco del senador de Maryland se sumaron cuatro congresistas demócratas más: Robert García, Maxwell Frost, Yassamin Ansari y Maxine Dexter, quienes no solo exigieron lo mismo —el regreso del presunto miembro de una agrupación delictiva—, sino que también viajaron a El Salvador para respaldarlo. En paralelo, estalló una nueva noticia que dejó al país boquiabierto: el juez Joel Cano, del estado de Nuevo México, tenía alojado en su propia casa a un miembro del Tren de Aragua. Y aunque renunció tras el escándalo, el Tribunal Supremo de ese estado le prohibió de por vida ejercer cualquier función judicial, incluso oficiar bodas. Fue detenido por el FBI. Igualmente, fue arrestada por funcionarios de este organismo la jueza del condado de Milwaukee Hannah Dugan bajo acusaciones de ayudar a un inmigrante ilegal con orden deportación, acusado de violencia doméstica, a evadir la justicia.

¿Hasta qué punto hemos normalizado lo que jamás debió tolerarse? ¿Qué pasa por la mente de un funcionario que juró defender la constitución de su país y, en cambio, se convirtió en cómplice del crimen?¿En qué momento se le extraviaron sus prioridades?

El problema no es que algunos políticos defiendan causas impopulares. El problema es que parezca que han olvidado las causas urgentes. Que defiendan a los malos. Que sus agendas estén guiadas por lo que da likes, no por lo que da vida. Que nos preguntemos cada vez más seguido cuál es el verdadero rol de un congresista o de un juez.

Y sí, los ciudadanos legales también somos inmigrantes. Pero somos los que llegamos a trabajar, a aportar, a respetar las leyes. Y también merecemos que alguien nos defienda. Porque hoy, tristemente, el “yo” del Chapulín Colorado… pareciera llegar para los delincuentes.

En la Biblia, ese libro al que siempre volvemos encontramos: “Cuando los justos prosperan, el pueblo se alegra; cuando los impíos gobiernan, el pueblo gime”.  Proverbios 29:2

Este versículo nos recuerda que cuando quienes lideran actúan con rectitud, la sociedad florece. Pero cuando gobiernan aquellos que olvidan al pueblo, la nación entera sufre. Que esta frase nos invite a exigir con firmeza y esperanza a líderes con principios, y a no dejar que el desánimo nos calle. Porque al final, quien debe defendernos, también somos nosotros mismos, con nuestra voz, nuestro voto y nuestra conciencia despierta.

Gracias, gracias, gracias por leerme, compartir nuestros relatos y publicitarse con nosotras. Recuerden que aquí estamos para redactarles una nota de presentación, la entrevista que les ayudara a potenciar sus marcas, llevarles sus redes sociales desde cero o escribirles su historia y convertirla en un libro.

Marybel Torres
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