Alimentarnos es lo más parecido que existe al sexo. Ambos son sagrados, ambos nos nutren, y ambos nos permiten evolucionar. El Tantra nos enseña a desarrollar conscientemente una profunda relación espiritual, mental y física con los alimentos.
Al igual que lo hacemos con nuestra pareja, los alimentos deben ser sentidos, mirados, acariciados, tocados, escuchados, olidos y degustados. Debemos disfrutar y respetar cada etapa del proceso alimenticio: su adquisición, su preparación y su degustación.
Como practicantes de la sexualidad sagrada, sabemos que cuando tratamos con nuestros alimentos debemos estar completamente presentes y manipularlos desde el amor, con gratitud y placer. Bendícelos, cargándolos con energía amorosa. Durante la cocción, mantén actitud meditativa y contemplativa, canta o escucha mantras. En la filosofía tántrica, el acto de comer está consagrada a la evolución espiritual.
Comer es para nosotros un ritual que al compartirlo, también nos une a aquellos con quienes lo compartimos. Los alimentos son la tierra, el agua, la energía, y el sol que formarán parte de nuestro cuerpo físico al fundirse con nosotros, mediante la alquimia divina, en el acto de comer.
Nuestra fuerza vital fluye a través de nuestra conciencia, sentimientos e intenciones, y nosotros infundimos en nuestros alimentos la conciencia y el espíritu con que los preparamos y comemos. Eso es lo que llega a nuestras células. Por ello, la relación que mantenemos con nuestra comida es tan importante como su calidad y valor nutricional.
Delicias para potenciar el acto sexual
Según los tratados de Tantra, antes del acto sexual no se debe comer ácido, amargo, salado o alimentos calientes en exceso. La alimentación debe ser moderada para que la mitad del estómago esté llena de comida, un cuarto con agua u otro líquido, y la otra cuarta parte permanezca vacía, a objeto de ayudar al control respiratorio, fundamental durante el sexo tántrico.
Gran parte de nuestro potencial vital y nuestro placer se ven disminuidos si consumimos víveres altamente procesados, desnaturalizados y de baja calidad. Los alimentos que mencionaremos a continuación pueden ser consumidos antes del acto sexual, o en tu dieta cotidiana. Pruébalos y sentirás sus efectos.
- Frutos secos, nueces, almendras y semillas. Fuentes de zinc, selenio y vitamina E (las almendras), ácidos grasos omega-3 (nueces), estimulan la líbido al elevar los niveles de dopamina en el cerebro. Poseen nutrientes y minerales importantes para la salud sexual y la reproducción, y actúan como estimulantes sexuales.
- El Aguacate. Esta sensual fruta es rica en grasas insaturadas, por lo que favorece la circulación sanguínea, un efecto positivo para la erección.
- Cambures. Contiene vitamina B, potasio y Bromelina, una enzima que desencadena la producción de testosterona e incrementa los niveles de energía.
- La sandía. Contiene licopeno. Impulsa el óxido nítrico, relajando los vasos sanguíneos.
- Las frambuesas negras o bayas. Son ricos en fitoquímicos lo cual mejora la resistencia sexual.
- Las fresas. Son fuente de vitamina C y B, lo cual se relacionado con un alto recuento espermático. Aparte de ello, ayudan a mantener el flujo sanguíneo.
- Los Higos. Contienen potasio y son excelentes antioxidantes.
- Chocolate: Sus metilxantinas aumentan la libido.
- Miel. Aumenta los niveles de energía. Contiene Boro, que ayuda a regular los niveles de estrógeno y testosterona.
- Té de ginseng. Los (ginsenósidos) incrementan la satisfacción sexual y previenen la disfunción eréctil.
- Alcachofas. Contienen numerosas vitaminas y antioxidantes, necesarias para la salud y el flujo sanguíneo.
- Los huevos. Son una buena fuente protéica, y también de aminoácidos.
Honra tu sexualidad consumiendo alimentos sanos y nutritivos. Infunde cada bocado con amor y placer. Haz que el acto de comer sea una ocasión sagrada que alimente tu cuerpo, tu mente y tu espíritu, potenciando tu vida sexual.
Luz y Paz para ti.
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