Albert Espinoza: “Emigrar a Colombia me ayudó a crecer” | La Nota Latina

Albert Espinoza: “Emigrar a Colombia me ayudó a crecer”

 

Debido a la difícil situación que atravesaba Venezuela, en el año 2018, Albert Espinoza decide dejar su país. Un joven independiente, luchador y sin apegos emocionales.  Contacto a familiares que residían en Colombia para emigrar a esa nación. “Sabía que salir de mi país y estar lejos de mi hogar no me afectaría, porque a los 17 años ya me había ido solo de mi casa a estudiar en otra ciudad, por lo que, estar lejos no sería algo que me deprimiría o me afectaría en exceso”.

Sus familiares dieron respuestas a sus inquietudes, y recibió por parte de ellos ayuda monetaria para viajar. Sin pensarlo dos veces, el joven hizo maletas y  salió de su hogar a luchar por su futuro. Una vez en Colombia no le fue difícil conseguir empleo, teniendo cuatros días en aquel país comenzó a trabajar en un restaurante, y nos cuenta: “Yo creía que me estaba yendo bien, no me pagarían mucho, pero estaba ganando experiencia”. No paso mucho tiempo cuando el joven Albert de 25 años de edad en ese entonces, se dio cuenta, de que algo no marchaba bien. El sueldo que en principio le habían ofrecido cambió. Su primer pago fue menos de lo que él esperaba. “Estuve allí un mes, pero en vista de que no me pagaron completo aprovechándose de que era extranjero, me retiré”.

Luego de siete días que para él fueron muy largos, logró conseguir otro empleo, también, en un restaurante; ya que, era uno de los empleos más rápidos de obtener. Se encontró con empleadores justos, que valoraban su trabajo, y no eran injustos con el salario. “El jefe aún es mi amigo, no me quedé con la idea de generalizar en que todos los colombianos eran malos por como me trataron en aquel sitio, traté de no prestarle atención, y creo que eso me ayudó bastante para lo que venía después”. Albert nos cuenta, que en ese nuevo empleo todo era distinto, le respetaban sus horarios e hizo buenas amistades que en la actualidad permanecen y se fortalecen. Estuvo allí por un año y pasado ese tiempo, otra oferta laboral: en una venta de comida rápida, toco a su puerta.  El joven con la ilusión de avanzar y mejorar cada día, acepta la propuesta y se retira del empleo, en el cual, había permanecido durante un año. Salió sin conflictos, y dejando las puertas abiertas en caso de querer volver.

En la actualidad Albert tiene tres años laborando en ese lugar, en el área de pizzería: trabajo que se le da muy bien, y nos confiesa: “He escuchado a muchos venezolanos decir que los colombianos son malos, pero en mi caso no puedo decir lo mismo, me he encontrado con personas buenas, que me han ayudado y respetado, he conocido más de su cultura y he hecho buenos amigos, no tengo nada malo que decir de Colombia ni de los colombianos”.

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Andreina López
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