¡Cuántas veces nos hemos sentido desconcertados ante las situaciones propias que se nos presentan en la vida! Es como si estuviéramos en una montaña rusa, subiendo y bajando, llenos de emoción y alegría, y, por otro lado, sumidos en miedo y ansiedad. Quisiéramos poder tener todas las respuestas a nuestras inquietudes, los caminos previamente analizados y escogidos, y por supuesto, que los resultados sean los que deseamos y anhelamos.
La realidad es que la vida no se presenta bajo los formatos preestablecidos en nuestras mentes ni según cómo nosotros asumiremos que pase. Y tratamos de fluir, pero terminamos resistiendo con todas nuestras fuerzas y haciendo nuestra experiencia de vida todavía más difícil.
Quiero dejarte hoy diez principios sobre la vida con los que podemos conectar a través de los rompecabezas. Sí, una actividad que parece totalmente irrelevante y, sin embargo, encierra tanta profundidad y nos invita a una constante reflexión.
1- “Al final, todas las piezas encajan y solo hay un lugar para cada pieza”
Dejemos de ir por la vida tratando de encajar en el molde de alguien más, negando el nuestro. Somos únicos, tenemos nuestro propio propósito y a medida que nos alineamos a esta verdad, todo va encajando en su lugar.
2- “Las piezas son diferentes, pero forman parte de un todo”
Igualmente, nosotros todos somos diferentes, pero cohabitamos en este mundo y estamos profundamente conectados. Reconocer esto nos permitirá mirarnos unos a otros en forma compasiva y mostrar tolerancia para con nuestras diferencias.
3- “Forzar la pieza no funciona”
Lo mismo pasa cuando estamos tratando de forzar la vida, la voluntad de otra persona, las circunstancias como están, cuando nos resistimos. No funciona y termina dejándonos completamente drenados y desmotivados, cuando lo que nos toca es aceptar que estamos tratando de forzar lo que no encaja, lo que no corresponde.
5- “Soltar es mágico”
De la misma forma en que cuando nos estancamos haciendo un rompecabezas (soltamos, damos una vueltita y al regresar, casi de inmediato encontramos la pieza que antes no podíamos ver), cuando dejamos de resistirnos a las circunstancias frente a nosotros y soltamos, aceptando lo que está sucediendo, logramos ver ángulos y perspectivas que antes no podíamos ver. Con la aceptación llega también la solución.
6- “El enfoque es crucial”
Igualmente, una vida sin enfoque no tiene dirección alguna. Enfocarnos es crucial y es lo que nos permitirá ir avanzando mientras aprendemos y evolucionamos.
7- “No hay un solo color… es una gama de diversos matices”
Exactamente igual que nosotros, por más parecidos que seamos (en pensamientos, valores, ideales, causas) somos diferentes y necesitamos aceptar esta realidad (tanto para con nuestros seres queridos como para con los demás).
8- “La experiencia nunca es la misma (por más que se parezca)”
Hay variedad en la experiencia: algunos rompecabezas son más fáciles, otros más difíciles, unos con más piezas, otros con menos). Igualmente en la vida, cada experiencia, por más parecida que sea a cualquier otra que hayamos tenido, es una experiencia nueva, con distintos elementos e incluso ya nosotros no somos los mismos que éramos antes.
9- “Armarlo es un proceso y la paciencia es clave”
Todo toma tiempo: a veces un tiempo corto, otras veces toma más tiempo. Implica aprender a vivir el proceso, atravesarlo y esperar ver ese resultado esperado. Por más apresurado que queramos vivirlo, cada proceso tiene su propio ritmo, su propio tiempo para su respectivo desenlace.
10- “Siempre se trata de ejercitar la solución del rompecabezas”
(en la vida se trata de ejercitar la solución de los problemas)
Al momento de armar un rompecabezas, no lo hacemos con una actitud de que no se va a resolver. Por el contrario, se trata de cuando estará terminado de armar, pero ese resultado está seguro en nuestras mentes. De la misma manera, en la vida necesitamos asumir una actitud enfocada hacia la solución de ese problema o situación, de ese conflicto, de esa inconformidad o malestar (en lugar de quedarnos solo en la queja).
En efecto, la vida es como si fuera armar constantemente un rompecabezas tras el otro. De nosotros depende si internalizamos lo que vamos aprendiendo y capitalizamos lo que puede servirnos. Y lo que no nos aporta, lo vamos dejando de lado y seguimos con el próximo rompecabezas (o mejor dicho, con la próxima experiencia que nos toca vivir).
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