Cuando barría la morada de mi mamá Bertha y ella estaba sentada tejiendo en la sala, me cuidaba de rodar, a pesar de su peso, los muebles de madera para evitar: “Marybel, pasa la escoba por debajo. No barras por donde anda la reina, hazlo bien”.
Años más tarde, llegó a mis manos el libro de reflexiones y anécdotas sobre liderazgo La culpa es de la vaca y en esta compilación de Jaime Lopera Gutiérrez y Marta Inés Bernal Trujillo, el relato “La casa imperfecta”, me recordó a mi mamá con su enseñanza de hacer las cosas bien, aunque sea en un acto tan sencillo como limpiar.
La comparto con ustedes gentiles lectores. Estos autores, en “La casa imperfecta” cuentan la historia de un maestro de construcción entrado en edad, quien le informa a su jefe sus planes de retiro. Le dice que extrañaría su salario, pero que necesitaba hacerlo. El supervisor se dio cuenta de que la partida de su buen empleado era inevitable, sin embargo, le pido un último favor: construir una casa más. El hombre accedió, sin ganas. No le ponía corazón. Su trabajo y el de sus ayudantes eran deficientes. Cuando terminó su jefe fue a inspeccionar la obra y le dijo: “Esta es tu casa. Es un regalo para ti”.
El hombre tendría que vivir en el inmueble imperfecto que construyo. Con esto quiero decirles que, muchas veces, pasamos por la vida de manera distraída y sin dar lo mejor de nosotros, incluso, si trabajamos para una compañía u otra persona, cumplimos con lo inmediato: “esto no es mío”.
Tratemos de construir bien nuestros cimientos porque somos los únicos responsables de vivir en la casa que hemos creado y de lo que somos. Debemos pensar como si estuviéramos edificando nuestro techo. La vida es un proyecto denominado: ¡hágalo usted mismo!, porque es el resultado de nuestras actitudes, aprendizajes y elecciones.
Aunque los tiempos y las circunstancias sean difíciles, si vas a servir, hazlo bien. Recuerda que la vida te pone posiciones, igual como si edificas un inmueble: esposo, hijo, hermano, amigo, jefe, empleado y ejerces una función donde debes amar, motivar, apoyar y comprender.
Hay momentos en que nuestras fuerzas y ánimos no son las mejores. Sin embargo, no por eso vamos a hacer las cosas de mala manera, pues esto perjudica nuestras relaciones personales o empresariales. Por lo tanto, aunque estemos indiferentes o desanimados, hagamos las cosas bien. No queremos vivir en la casa imperfecta.
En consecuencia, para hacer algo hay que saber qué es lo que en realidad nos gusta, de modo que lo hagamos con excelencia o de lo contrario estaremos condenados a la desmotivación y amargura. Hacer las cosas con amor nos ayuda a sentirnos plenos, felices como nos aconseja el libro por excelencia La Biblia, con el que siempre cerramos nuestros relatos. “Apártate del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela”. (Salmos 34:14).
Los queremos mis corazones bellos. Gracias por leer nuestras reseñas, compartir y publicitarse con nosotras. Recuerden que aquí estamos para redactarles una nota de presentación, la entrevista que les ayudara a potenciar sus marcas, llevarles sus redes sociales desde cero o escribirles su historia y convertirla en un libro.
Pueden leer en La Nota Latina/ La Nota-Latina.com
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