Las mujeres de barro no pueden llorar | La Nota Latina

Las mujeres de barro no pueden llorar

El mes de marzo se supone que debe ser el más esay. Óyeme, the spring viene por ahí… se esconde el abrigo negro, se saca a lucir la piel. Todo suena más chulo cuando el trópico se muda al barrio. También, en este tiempo los baúles se cambian por nuevos. Como todos. Todos.

¿Para qué suponer que la vida va seguir igual? Me gustaba marzo porque nací con el planeta de fuego en las caderas. Como toda Aries, quiero a mi manera. Quiero tanto, que hasta canso. Soy como la canción pegada del año, que después de un tiempo, incomoda. Hasta marzo comenzó a doler.  Salió a caminar el fuego y se intensificó aquí, en mi cuarto rentado, en mí.

I don’t know what to think anymore.

Soñé que el día de mi nacimiento el sol no iba a golpear tan duro, y si saldría, sería por mi bien. Pero dicen que el que sueña mucho no logra tanto por estar esperando lo que no va a suceder. Ese día no encontré en la mesa  un abrazo con sílabas que espera desde el año pasado. Solo lamenté que no iba a cumplir este capítulo una vez más. Y se me ocurrió gritar con lágrimas como lo hacen en las novelas, pero pensé en lo fea que me iba a ver.

Miré para recordar que estaba viva, ya no era la misma. La piel comenzó a darle hospedaje a otras vainas que sonanban chistosa cuando era chamaquita. Por algún motivo pensé que eran pokemones que brincaban por los poros. Cada rincón marrón que admiré una vez se rebeló. Comenzó a pelear conmigo, con el espejo también. Quise llorar.  Pero recordé que las mujeres de barro no pueden…

Brown woman are not  supposed to feel. Nacen con el dolor. Son el dolor. Y si tienen que sentir, lo tienen que hacer con las cadenas amarradas a sus lenguas y la luna concediéndoles otra armadura para sobrevivir.

I don’t know what to expect.

Tal vez si fuera una vieja chismosa, me inventara otra vida. Pero algo tengo seguro, la luna está torcida este mes. Se comió una vida y anda desnuda. Las mujeres de mi vida, las que tienen la piel llena de miel que embarra las paredes, se han cosido las bocas. En vez de desnudar sus ojos en plena luz, se están comiendo la sombra.

 I don’t know what to feel no more.

Mami le pide a papi que despolve los muebles. El dice que él no se sienta en estos muebles, que se sienta en otros, en otra sala, en otra vida. Parece que no soy la única que no estoy aquí, que el cuerpo está en otra parte, en un lugar donde no duela tanto el sentido con todas las fuerzas humanas. You know, como lo hace una buena Ariana.

Pero de todo lo que cambia, como el abrigo guardado y los pokemones sin atrapar, queda en su preciso sitio algo: la furia de ser mujer y no poder sentir.

Pero precisamente algo no deja de existir; que ser de piel marrón es ser una masa de tierra y agua, que aunque se destruya se puede volver a reconstruir.

 

@mujerconvoz_poetry

Fior E. Plasencia
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