Marybel se puso intensa; pensarán algunos de ustedes, porque ahora está escribiendo temas un poco escabrosos que, claro está, generan opiniones divididas. Sucede que varias colegas al leer el newsletter anterior, entre ellas mi querida Alma Pineda, me pusieron sobre la mesa este tema que bien podría representar una segunda parte.
La verdad es que no soy pacata, pero sí considero que cada etapa de nuestra vida debe ser cumplida, en especial, cuando somos niños. Yo disfruté la mía al máximo y le doy gracias a mis padres por eso. Jugaba bajo la lluvia, con charcos, con muñecas patas largas que me encantaban, con las de papel, con bebés queridos, a la cocinita y andaba en bicicleta de arriba abajo en mi pueblo con mis amigas “pata calientes” como yo. Eso le inculqué a mi hijo: a disfrutar del juego, a que exprimiera al máximo su etapa.
Pero en la actualidad, observamos una tendencia preocupante en la crianza de las niñas, donde algunas madres optan por vestirlas de manera más adulta, aplicarles maquillaje a temprana edad y, en ocasiones, limitan su tiempo de juego porque deben ir a hacer tiktok. Seguro que a ustedes les ha pasado que creen que una niña tiene 15 en lugar de diez, por ejemplo. O cuando celebran los 18 ya parecen de veinticinco, claro, si ya la lozanía la han perdido por el abuso de maquillaje o las posturas de mujer. Pero ¿qué hago si me piden maquillarse desde niñas?, comentarán algunas. La respuesta es que hay que ponerles límites porque si no lo hacen los padres, ¿quién entonces?
Este fenómeno ha generado preguntas sobre la motivación detrás de esta aceleración de la infancia que no está exenta de consecuencias. Pareciera que algunas madres dijeran: “Quiero que mis hijas sean famosas” porque a través de ellas viven lo que quisieron ser: cantantes, modelos, actrices, misses y ahora la palabra de moda Influencers o yutubers. Esta situación puede influir en la percepción que las madres tienen de sí mismas y de lo que se espera en términos de belleza, imponiéndoles a sus hijas una presión prematura para cumplir con expectativas externas de apariencia y comportamiento.
Las causas de “este desmadre” pueden estar en la presión social y los estereotipos de belleza. Esta tendencia podría estar motivada por la exposición constante a imágenes idealizadas en los medios y la búsqueda de validación en las redes sociales, lo que podría motivar a algunas madres a seguir estas tendencias, incluso, si no alinean completamente con sus valores personales. La falta de conciencia sobre las necesidades de desarrollo infantil también podría contribuir a estas decisiones y podría estar influyendo en la percepción de la belleza y feminidad. Les recordamos a esas madres que, lamentablemente, las calles, urbanizaciones e internet están llenas de depredadores buscando una presa fácil.
Por lo tanto, al restringir el tiempo de juego y otras actividades infantiles, puede afectar negativamente la capacidad de las niñas para desarrollar habilidades sociales, emocionales y creativas. Es esencial recordar la importancia del juego y disfrutar su niñez para su crecimiento saludable.
Es primordial abordar este fenómeno desde una perspectiva reflexiva y considerar cómo nuestras acciones como padres impactan en el desarrollo de nuestros hijos. Fomentar un ambiente donde las niñas puedan jugar y desarrollarse a su propio ritmo, explorando su creatividad, es crucial para construir una autoimagen positiva y sostenible para su bienestar a largo plazo y asegurarnos de que estén equipadas para abrazar su niñez en su totalidad y su adultez con amor propio y seguras de sí mismas.
En la Biblia, ese gran libro encontré este versículo apropiado Entonces Jesús dijo: “Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos”. Mateo 19:14 (NVI) Sugiere la importancia de la inocencia y la pureza de los niños. Jesús invita a los niños a acercarse, destacando la necesidad de mantener un corazón humilde, receptivo y confiado, cualidades que son valiosas en la búsqueda del reino de los cielos. También podría interpretarse como un recordatorio de cuidar y proteger la niñez, ya que es una fase crucial en el desarrollo espiritual y moral.
Gracias, gracias, gracias por leerme, compartir nuestros relatos y publicitarse con nosotras. Recuerden que aquí estamos para redactarles una nota de presentación, la entrevista que les ayudara a potenciar sus marcas, llevarles sus redes sociales desde cero o escribirles su historia y convertirla en un libro.
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