Quito: la Luz de América | La Nota Latina

Quito: la Luz de América

Promocionar la belleza de un país y compartir sus espacios con nuestros lectores provoca una sensación de alivio y contento. Más aun, promocionar la tierra que me vio nacer me llena de entusiasmo, porque en ella no solo hay talento, sino también un espíritu acogedor que te hace sentir siempre bienvenido.

La Carita de Dios o Luz de América es la protagonista de este artículo junto con sus alrededores mansos y verdes, donde el colorido deja en evidencia que la naturaleza es sabia y desprendida. Quito, la capital de Ecuador, es la ciudad más antigua de América del Sur. Nuestra historia tiene grabada la influencia española en cada uno de sus recovecos infinitos y encantadores, al igual que la sangre de etnias multifacéticas que marcan una identidad.

Quito: la Luz de América
Balcones quiteños. Foto: Rosanna Mancino
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El Panecillo. Foto: Rosanna Mancino
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Calle Las Siete Cruces. Foto: Rosanna Mancino

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las leyendas en este rincón del mundo se manifiestan al visitar su Centro Histórico, considerado el conjunto histórico mejor conservado de América Latina. Con su diversidad de monumentos donde se cuenta arte pictórico, escultórico y religioso, nuestra capital se distingue como una obra única y trascendental para visitar. Es patrimonio nacional de la UNESCO y Patrimonio Cultural de la Humanidad. Sus catorce barrios que son consideradas subdivisiones urbanas, nos permiten realizar un viaje maravilloso dentro de su panorama con ofertas gastronómicas y entretenimientos diurnos y nocturnos. Sus antiguas calles adoquinadas y engalanadas con flores, nos envuelven de su aire bohemio.

En los meses de julio y agosto recomiendo visitar las parroquias de Cumbaya, Tumbaco o Alangasi, donde se pueden realizar actividades al aire libre. El Festival de la Luz es una actividad que no debes obviar, ya que durante sus cuatro días da oportunidad de conocer más sobre lo que los capitalinos y en general, los ecuatorianos tienen que ofrecer tanto a propios como a visitantes. El festival gastronómico Sal Quiteña ofrece una experiencia gastronómica amplia: mis favoritas son las huecas y los mercados para degustar platillos tradicionales, donde la herencia se transcribe en olores y sabores únicos e inmensurables.

 

Quito: la Luz de América
Paisaje de la serranía. Foto. Rosanna Mancino
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Centro Histórico. Foto: Rosanna Mancino
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El Chimborazo. Foto: Rosanna Mancino

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De visita obligada están los parques, los miradores, La Mariscal y la Mitad del Mundo, la avenida Fotch, la Basílica del Voto Nacional, el Palacio de Carondelet, el Museo de Arte Precolombino y el Museo del Hombre, que son algunos de los lugares de atracción turística. Claro, sin olvidar sus modernos centros comerciales que ofrecen bellas artesanías y muestras del arte gourmet que las manos ecuatorianas producen con dedicación, amor y bajo un alto control de calidad.

En estos meses, recomiendo conocer una de las historias de amor que encierra el Museo de la Casa de Sucre, donde la desafortunada historia de amor entre Mariquita Carcelén, cuñada del General Antonio José de Sucre y el segundo Marqués de San José, te robará el aliento.

Más allá de Quito

Pero Ecuador no solo es Quito, Luz de América, con su célebre y prestigiosa Escuela Quiteña, la Calle de las Siete Cruces o el Arco de la Reina. Ecuador es también Otavalo, que emerge intercultural en la Provincia de Imbabura, ubicada a una hora y cuarenta y cinco minutos en auto desde la capital. Es el lugar de origen de famosos y coloridos textiles que airosos se levantan en la famosa Plaza de los Ponchos. Su variado folclore lo convierte en un punto donde la sensibilidad indígena se desparrama alrededor de todos sus rincones. Darse el tiempo de visitar puntos turísticos como la Cascada de Perguche, el Mercado Ecuatoriano, el Lago San Pablo, el Mercadillo Centenario, el Santuario Otavalo y la Plaza Mayor, despertarán en el visitante la magia que caracteriza a este pueblo creativo. Sus espacios deslumbrarán por su sencilla y a la vez elegante riqueza cultural.

Loja: un rincón muy especial

Aquí no acaba mi andar por los caminos que me traen a recorrer mi heredad, por el contrario, todavía me queda un último rincón que quiero compartir: Loja. Es una ciudad muy particular que encierra nostalgia personal. Lo que me recuerda siempre a ella, son sus casas de techo blanco y su dulce e inmensa devoción por su patrona, la Virgen del Cisne. Son recuerdos de niñez en una ciudad pequeña que con los años se ha convertido en la casa de muchos extranjeros retirados. La han elegido por su clima y su belleza distinta. Lo primero a visitar es el Parque de Catamayo, donde sus maravillosos paisajes naturales relajan a la ciudad concurrida y productiva, que se caracteriza por ser dueña de valles fértiles y fue fundada entre los ríos Zamora y Malacates. Loja es un paraíso en medio de montañas y palmeras. Les recomiendo visitar su Parque Nacional, el Jardín Botánico, el museo del Parque Jipiro.

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Altar en la Iglesia San Diego. Foto: Rosanna Mancino
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Vista panorámica de Quito. Foto: pixabay.com
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Calle del centro histórico. Foto: pixabay.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Es conocida como la capital musical y cultural del país; un núcleo pequeño donde todos se conocen y donde el recorrido por el casco histórico se realiza en poco tiempo. Cada rincón de Loja destaca por su verdor. Si llegas un jueves, atrévete a participar en el “jueves cultural”. Los lojanos exponen sus habilidades artísticas sin pena. La variedad de comidas y frutas la catalogo como estupenda, con mis preferidos, el helado de coco con gelatina y sus deliciosos bocadillos de dulce como los de miel y maní y las famosas carmelitas, cuya tradición se mantiene desde hace cuatro siglos. Visite Mama Lola, un restaurante de barbacoa ecuatoriana con precios módicos y platillos típicos. Pruebe la cecina y la famosa combinación de cuy con yuca y papas con pollo, el mote pillo y la sopa de arvejas con guineo. Otra alternativa es Shamuico Espai, un restaurante ecuatoriano con fusión donde existen opciones veganas.

Ecuador lo espera: es un país pequeño, con costumbres arraigadas y edificaciones modernas. Recibe a turistas de todo el mundo los trescientos sesenta y cinco días del año. Si gusta planificar un viaje, póngase en contacto con guías turísticos especializados y si no, deje que su encanto lo lleve a vivir aventuras inigualables en el Columpio del Fin del Mundo o en la imponente Selva Amazónica sin necesidad de otra cosa que su espíritu atrevido y valiente.

 

 

Margarita Dager-Uscocovich
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