En el poste de luz frente a la tienda La estrella de Claudia Ordaz, que está ubicada para más señas al lado de la plaza de mi pueblo, se colocaba un cartel que anunciaba la película del fin de semana. Tuve la dicha de ir en mi niñez una sola vez antes que cerrara sus puertas. No sé en qué parte de mi subconsciente quedó el nombre del film, lo que sí viene a mi memoria es que el cine era sin techo, fui con mis primas, comimos cotufas (palomitas de maíz), algodón azucarado y nos divertimos. Detrás de nosotras, en un alto, estaba un hombre sudoroso encargado de proyectar el film. Desde entonces me gusta el cine y el teatro.
Recuerdo que, además de poner este cartel, existía una persona responsable de promocionar las películas en su mayoría mexicanas en bicicleta, haciendo uso de un megáfono. El boca a boca era la mejor manera de llegar a todos. A pesar de que puede ser una vieja estrategia de marketing, sigue funcionando mis gentiles lectores, solo que internet le ha puesto patines y los creativos de las agencias de publicidad la han modernizado.
Veamos el contexto de estas dos películas del momento: “Sound of Freedom” y “Barbie”. La primera de ellas adoptó una estrategia de marketing basada en el boca a boca, pero adaptándose a los tiempos actuales, empleó la herramienta “pay it forward”, que consiste en pagar por las entradas y permitir que otros puedan ver la película de forma gratuita. De esta manera, la película protagonizada por Jim Caviezel y los actores juveniles Cristal Aparicio y Lucas Dávila, comercializada por Ángel Studios, con un presupuesto modesto de 14 millones, logró superar en taquilla al clásico “Indiana Jones” y convertirse en un éxito, a pesar de haber sido rechazada por Netflix y Disney debido a su contenido sobre la trata infantil, que toca intereses.
Por otro lado, está la versión de Barbie, con una abultada financiación de 200 millones de dólares proveniente de los estudios Marvel y protagonizada por Margot Robbie junto a Ryan Gosling en el papel de Ken, adoptó una estrategia inteligente basada en la construcción de alianzas claves. Estableció colaboraciones con marcas como Crocs y Airbnb, y aprovechó el poder de TikTok para promoverla con videos cortos y rumores bien dirigidos, que lograron desencadenar un boca a boca virtual altamente efectivo.
Ambas estrategias lograron el propósito deseado, captar sus públicos objetivos: Por un lado, las comunidades cristianas, emprendedores sensibles con el negocio del tráfico infantil, padres de familias que sacaron la bandera de “con los niños, no te metas” y por la otra parte, las mujeres que crecieron con las Barbies y que aman la idealización de “vidas perfectas” y que sueñan con un hombre “explotado de bueno” tipo Ken.
Pero, ¿preferimos la vida real o lo de plástico?. Esa duda me asaltó cuando en una encuesta breve a amigas con hijos, me dijeron que no irían a ver Sound of Fredoom “porque era muy cruda” pero que sí acudirían a ver a Barbie. Entonces, ¿prefieres que tus hijos crezcan pensando que todo es “color rosa” o que abran los ojos y que estén más pendiente en las calles porque nadie está excepto a sufrir un secuestro? La vida nos puede cambiar en segundos. Los aprendizajes son individuales y también colectivos.
Les recuerdo que las grandes industrias del cine a través de sus películas con cortes rosas adoctrinan y venden sus productos, solo que no lo vemos porque nos sumergimos entre las risas y nadie le gusta ver tristezas. En fin de cuentas, vamos al cine para entretenernos.
Pero elegir entre lo real o lo plástico depende de cada individuo y sus valores personales. Lo más importante es ser auténtico con uno mismo, buscar el significado y la satisfacción genuina y no dejarse llevar por superficialidades o apariencias.
En la Biblia, ese gran libro al que hacemos referencia en 1 Timoteo 6:7 dice: “Porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar”. Esto quiere decir que las buenas acciones cuentan. Ante el Padre cada cosa que hacemos por ayudar a otros tiene gran validez; aunque claro está que la salvación es por gracia, y no por obras. Sound of Freedom o Sonido de Libertad es una de ellas.
Gracias, gracias, gracias por leerme, compartir nuestros relatos y publicitarse con nosotras. Recuerden que aquí estamos para redactarles una nota de presentación, la entrevista que les ayudara a potenciar sus marcas, llevarles sus redes sociales desde cero o escribirles su historia y convertirla en un libro.
Pueden leer en La Nota Latina/La Nota-Latina.com
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