El mercado de ropa usada ThredUP pagó a la compañía de investigación GlobalData para encontrar información sobre el movimiento en la ropa usada. Las proyecciones de GlobalData muestran que se espera que el negocio se duplique de $ 36 mil millones a $ 77 mil millones en 2025.
James Reinhart dirige ThredUP. dijo que el crecimiento es impulsado por los nuevos vendedores que ponen ropa de alta calidad en el mercado. Él estima que los estadounidenses colectivamente tienen al menos $ 9 mil millones en productos que no usan.
La compra y venta de ropa usada era popular antes del COVID. Sin embargo, desde la pandemia, el movimiento de compra y venta de ropa usada se ha fortalecido.
Reinhart dijo que los compradores piensan más sobre el medio ambiente ahora, pues que cada vez más buscan productos que tengan un buen valor de reventa en lugar de ropa de bajo costo y baja calidad, conocida como moda rápida.
“No es esto de comprar, desgastar, tirar. a gente es mucho más sensible a la idea de los residuos”, puntualizó
TheRealReal es un sitio de reventa de lujo con más de 22 millones de miembros. Un informe de la compañía dice que el valor total de los bienes usados vendidos este año hasta mayo fue de aproximadamente $ 239 millones. El informe dijo que ese número representa un aumento del 53 por ciento con respecto al mismo período.
Jessica Richards estudia y predice movimientos en la industria de la moda para el Consejo de Accesorios, un grupo comercial sin fines de lucro. Considera que el grupo está descubriendo que muchas personas están invirtiendo en su ropa y que están reconsiderando lo que poseen y por qué lo poseen.
Ahora, que los compradores están simplificando sus colecciones de ropa, están trabajando para construir lo que Richards llamó una “imagen de estilo personal deseada”.
A otros les gusta el estilo que tomaron durante la pandemia, como Cameron Howe.
La mujer de 33 años de Lynchburg, Virginia, dice que hay un tipo de ropa que planea seguir usando: leggings. Howe compró al menos 15 leggings durante la pandemia.
“Afortunadamente, tanto mi empleador pasado como el nuevo son amigables con los legging. Realmente no quiero volver a usar pantalones reales “, agregó.
Mientras que muchas prendas de vestir van a centros de donación y sitios de reventa en línea, algunas personas los mantienen en la familia.
Samantina Zeon, de 31 años, vive en la ciudad de Nueva York. Como tantas personas, ha ganado peso durante la crisis sanitaria. Ella tiene muchas ropas geniales en las que ya no puede encajar. Entonces, planea enviarlos a un familiar en Haití.
“Es algo que hacen muchas personas que tienen familias en diferentes países. Lo he hecho antes para mandar comida”. Refirió que su pariente haitiano planea vender la ropa en su vecindario para ganar dinero extra.
Foto portada: Foto de Sam Lion en Pexels
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