Las oportunidades: ¿Por qué son un regalo? | La Nota Latina

Las oportunidades: ¿Por qué son un regalo?

 

Muchas veces hemos escuchado frases sobre las oportunidades, tales como “las oportunidades son calvas y cuando llegan hay que agarrarlas por los pelos” y “no dejes que se te pase el tren de las oportunidades”. ¿Nos hemos puesto a pensar qué realmente significa esto? ¿Pueden las oportunidades perderse? ¿Existe un número limitado de oportunidades para cada persona? ¿Es verdad que de no aprovechar una oportunidad, entonces la perdimos para siempre?

A todos y cada uno de nosotros se nos ha presentado y continúan presentando oportunidades: una oportunidad laboral, profesional o de crecimiento académico; a veces se trata de la oportunidad en una relación, ya sea de comenzar con una nueva o restaurar la existente. Otras oportunidades son de aventuras, viajes, paseos, reubicaciones en otro lugar o ciudad. En fin, la lista es inmensa.

No obstante, a pesar de encontrarnos en frente a una excelente oportunidad, es increíble lo fácil que dicha oportunidad nos pasa de largo. O mejor dicho, como nosotros mismos la dejamos pasar y en otras ocasiones ni siquiera nos percatamos de la tremenda oportunidad que tuvimos en frente nuestro. ¿Por qué?

Así como la lista de posibles oportunidades es larga, igualmente lo es la lista de razones por la que ignoramos las mismas. Los miedos, apegos, pensamientos distorsionados, creencias limitantes sobre nosotros mismos y nuestra desconexión son solo algunas de estas comunes razones.

Quizás nos sucede que tenemos una idealización tan grande de las oportunidades, que no nos permite ver con claridad que son simplemente experiencias de vida que elegimos explorar, disfrutar y sacar balances. La ilusión y anticipación que sentimos ante la oportunidad no nos deja tener objetividad para ir viendo con cada paso todas las implicaciones que nos corresponde considerar. Y terminamos desilusionados, frustrados y hasta dudando de la supuesta oportunidad que tuvimos.

La realidad es qué cuando de oportunidades se trata, estas varían de persona a persona. Lo que puede ser una extraordinaria oportunidad para alguien, no necesariamente lo es para otra persona. Poder reconocer las oportunidades va de la mano con tener claramente identificados nuestros deseos, anhelos y necesidades en cualquier área de nuestras vidas.

Veamos la idea del tren de las oportunidades. En cada estación estaremos viendo trenes llegando y saliendo simultáneamente. Las personas que allí se encuentran no van a montarse todas en el mismo tren porque han hecho planes distintos. Cada persona es responsable de tener su ticket, equipaje, verificar todo antes de subirse y asegurarse de que es el tren correcto según la ruta planificada.

En otras ocasiones, la oportunidad se trata de la estación a desmontarse donde visualizamos posibilidades de lugares o cosas que nos gustaría explorar, reconociendo que aunque nos estamos desviando un poco, habrá de valer la pena por la nueva experiencia que habremos de vivir.

Cuando de oportunidades se trata, nuestros miedos, prejuicios, aferrarnos a nuestra zona cómoda o la postergación pueden ser muy malos consejeros y llevarnos a perder el tren hacia nuevos horizontes. Es como si estuviéramos sentados todo el día en la estación esperando a otro tren que nos llevara a casa, solo para percatarnos al final de la noche que ya pasaron todos los trenes y sencillamente estamos quedados en la estación, estancados hasta que se reanuden las rutas al día siguiente.

Las oportunidades se presentan de tantas diversas formas que no pueden ser calculadas. Al momento de aprovecharlas, nos toca asumir el riesgo reconociendo que cada persona es única y, por lo tanto, cada experiencia tiene que ser vivida y experimentada.

Con cada oportunidad llegan las aventuras, experiencias y aprendizajes que nos hacen más fuertes, más sabios y más felices. Puede que al principio tengamos miedo, pero nada puede ser peor que quedarnos varados en una estación pensando en todos los posibles lugares a los que pudimos haber llegado si tan solo nos hubiéramos montado en el tren.

Todos merecemos tener el chance de hacer las cosas diferentes, probar nuevas, arreglar lo que puede ser arreglado o iniciar un nuevo ciclo cuando ya no existe nada que podamos hacer con el anterior. Oportunidades de crecer y ser mejores con cada experiencia que se nos presenta en la vida. Y por qué no, oportunidad de equivocarnos para aprender de nuestros errores.

Las oportunidades son regalos propios de la vida misma y es nuestra decisión si las aprovechamos o las dejamos seguir de largo. Pero nunca pienses que por no haber aprovechado una oportunidad previa, significa que no se van a presentar otras nuevas. Estar vivos implica ilimitadas oportunidades y por tiempo ilimitado.

 

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Lánzate: ¡Las oportunidades esperan por ti!

Xiomara Mayo
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