La preocupación por el creciente número de enfermedades por coronavirus en los Estados Unidos y en otros lugares ha afectado enormemente a la industria de la boda.
Las personas que están a punto de casarse se enfrentan a decisiones difíciles: ¿posponen, cancelan o continúan con sus planes de boda?
“Mucho estrés adicional”, dijo Hayley Pass, de 26 años. Ella y su prometido tuvieron 155 invitados confirmados para su boda del 22 de marzo en Cedar Grove, Nueva Jersey. Pass agregó: “Después de toda esta planificación, ¿realmente vamos a posponer? Simplemente queremos que suceda, pero parece que lo peor está por venir”.
La pareja solo cancelará la boda si su ubicación se cancela en ellos o si sus seres queridos más cercanos deciden no asistir.
Me caso o no me caso
Otras parejas también han decidido mantener sus fechas de boda por ahora, con los meses de bodas más ocupados por delante.
Posponer o cancelar una boda plantea muchas preguntas. ¿Todas las empresas y vendedores estarán disponibles en la misma fecha y hora nuevas? ¿Las parejas perderán el dinero que ya pagaron?
El seguro de bodas habitual no cubre la preocupación por la propagación de un virus. Esa preocupación ha provocado que muchos gobiernos impongan restricciones a los viajes y grandes reuniones en lugares de todo el mundo.
Algunas compañías de seguros están respondiendo preguntas sobre cómo funcionan las pólizas en una situación tan inusual.
Para la mayoría de las personas, el nuevo coronavirus causa solo síntomas leves o moderados, como fiebre y tos. Para otros, especialmente los adultos mayores y las personas con problemas de salud existentes, puede causar enfermedades más graves, incluida la neumonía. La mayoría de las personas se recuperan.
Las personas en la industria de las bodas sienten los efectos de una preocupación generalizada sobre el virus.
Planificadores de bodas
Abby Murray es agente de viajes en Charlotte, Carolina del Norte. Se especializa en la planificación de lunas de miel, viajes que muchas parejas realizan después de una boda. En esta época del año, generalmente tendría 20 clientes. Ella ahora tiene dos.
Murray dijo: “La gente tiene miedo de reservar sus lunas de miel en este momento. La gente ni siquiera quiere explorarlo. Van a seguir adelante con sus bodas, pero se llevarán sus lunas de miel en una fecha posterior”.
Las medidas de contención de virus en China han provocado que las fábricas allí disminuyan su producción de productos, incluidos los vestidos de novia.
La tienda Green Bride en Littleton, Colorado, generalmente recibe hasta 60 vestidos de novia enviados desde China cada mes de febrero a mayo. Pero este febrero, recibió solo cuatro.
Holly Marsh es uno de los dueños de las tiendas. Ella dijo: “Si la boda es en junio, y se supone que el vestido estará aquí en febrero y no llegará hasta mayo, ¿qué les dices?”
David Gaffke es dueño de la tienda Complete Bridal en East Dundee, Illinois. Depende mucho de China para fabricar los vestidos que vende.
“Es frustrante cuando se trata de tener que decirle a una novia que no podemos satisfacer sus necesidades”, dijo. “Este es el vestido más importante que van a usar”.
El fotógrafo Michael Busada en Washington, DC, depende de las bodas para aproximadamente la mitad de su negocio. Él tiene 36 bodas bajo contrato este año, incluida una que canceló recientemente después de que la novia posiblemente estuvo expuesta al coronavirus. Otra boda fue desde un lugar grande con 150 invitados a una ceremonia en casa con 20.
Busada ofreció a la pareja que se vio obligada a cancelar un crédito o aplazamiento, sin penalización. “Todos están luchando. No me hace ningún bien ser el malo”, dijo.
Fuente: VOA News
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