El baloncesto en silla de ruedas se está volviendo más popular en Sudán del Sur. El deporte ofrece esperanza para los atletas con discapacidad. Algunos perdieron las piernas por las bombas sin explotar que quedaron tras décadas de conflicto.
Los jugadores profesionales de baloncesto en silla de ruedas de EE. UU, ayudaron recientemente a 80 jugadores de Sudán del Sur en un programa de entrenamiento y competencia de una semana de duración. Entre ellos estaba Malat Wei, una atleta sudanesa-estadounidense en silla de ruedas.
Wei tenía tres años y vivía en Sudán del Sur cuando perdió el uso de sus piernas debido a la enfermedad de la polio.
Wei vivió en un campo de refugiados durante varios años. Cuando tenía 12 años, su familia se mudó a los Estados Unidos. Más tarde jugó baloncesto en silla de ruedas en la Universidad de Arizona.
En diciembre, regresó a Sudán del Sur como modelo a seguir para otros atletas discapacitados.
“Pasé por la misma situación por la que están pasando estos atletas. Entonces, en cuanto a mi regreso, es una esperanza para ellos decir que hay alguien que realmente se preocupa por nosotros”.
Wei ayudó a entrenar a 80 jugadores de baloncesto en silla de ruedas del sur de Sudán para una competencia de dos días en Juba. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Asociación de Baloncesto en Silla de Ruedas de Sudán del Sur organizaron la capacitación.
Wei dice que en dos años, el número de jugadores de baloncesto en silla de ruedas en el país se ha más que duplicado. En 2019, se incluyeron 15 mujeres por primera vez.
Anna Doki Gabriel nunca antes había jugado baloncesto. Ella le dijo a VOA: “Para mí, como persona en silla de ruedas, el baloncesto realmente me ha hecho sentir que podemos hacer algo igual que las personas sin discapacidad”.
Sudán del Sur tiene más de 1,2 millones de personas con discapacidad.
Jess Markt es la asesora de discapacidad e inclusión del CICR. Ha entrenado equipos de sillas de ruedas en Afganistán, Medio Oriente y Sudamérica. Él dice que la capacitación ayuda a cambiar las opiniones dañinas que las personas pueden tener sobre las personas con discapacidad.
“Una vez que comienzan a tener esa confianza en sí mismos y comienzan a darse cuenta de que quizás lo que siempre les han dicho sobre cuál debería ser su lugar en la sociedad no es cuál debería ser su lugar en la sociedad; deberían esperar más de sí mismos y de la sociedad que los rodea “.
Wei dice que la inclusión y la aceptación no es lo único que aprenden los atletas.
“Estos atletas, todos son de diferentes tribus, de diferentes orígenes. Pero cuando vienen a la cancha de baloncesto, el deporte solo trae esta alegría de que todos los sudaneses del sur se unan y colaboren y trabajen juntos como un solo país “.
Fuente: VOA
Foto; Malat Wei Instagram
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