Las uvas son increíblemente versátiles: puedes picarlas de inmediato, incorporarlas en batidos, meterlas en ensaladas o incluso congelarlas para una delicia similar a la paleta. Pero, ¿qué le pasa a tu cuerpo cuando comes uvas? Bueno, muchas cosas. Las uvas ofrecen una gran cantidad de beneficios para la salud.
Una porción de 1 taza de uvas rojas o verdes contiene el 28% de la ingesta diaria recomendada de vitamina K, un nutriente que es esencial para la salud ósea y cardíaca. No sólo eso, pero son extremadamente bajas en grasa, sodio y colesterol, y una excelente fuente de vitamina C. Los estudios han demostrado que comer uvas no sólo apoya su salud física, sino también su salud cognitiva, también: Un estudio de 2017 encontró que cuando los adultos tomaban un suplemento de uva diariamente, mejoraron sus puntuaciones de prueba para la atención, la memoria y el lenguaje. Dicho esto, las uvas también son altas en azúcar y carbohidratos, y bajas en proteínas.
Ahora, si tienes curiosidad sobre lo que le pasa a tu cuerpo cuando comes uvas, sigue leyendo.
1.- Su nivel de azúcar en sangre aumentará
Las uvas embalan 23 gramos de azúcar por taza. Sin embargo, el nutricionista certificado Paul Claybrook, MS, señala que esta fruta es relativamente baja en el índice glucémico, lo que significa que no deberían hacer que su azúcar en la sangre aumente demasiado – si usted los come con moderación.
“Su nivel de azúcar en sangre aumentará, pero no tan significativamente como algo como un refresco causaría”, explica. “Parte de la razón de esto es que las uvas contienen algo de fibra, lo que ralentiza la velocidad a la que el cuerpo puede absorber nutrientes, incluido el azúcar. No hay mucha fibra (poco menos de un gramo por taza), pero es suficiente para mantener el azúcar en la sangre en un rango razonable, siempre y cuando no estés engándoles”.
2.- Los antioxidantes entrarán en acción
Has oído hablar de antioxidantes, ¿verdad? ¿Esas poderosas sustancias que defienden tu cuerpo del daño de los radicales libres? Bueno, las uvas están llenas de ellas, y pueden ayudar a proteger y reparar las células del estrés oxidativo, lo que está relacionado con el desarrollo de enfermedades crónicas como el cáncer, las enfermedades cardíacas y la diabetes.
“El estrés oxidativo simplemente significa que hay demasiados radicales libres (productos de desecho) y no hay suficientes antioxidantes (neutralizadores de residuos) en su cuerpo para limpiarlos”, explica Claybrook. “El resultado es daño a los tejidos que puede conducir a la enfermedad. Afortunadamente, las uvas contienen toneladas de antioxidantes incluyendo flavonoides, fenólicos, vitamina C, quercetina luteína, beta caroteno, y resveratrol”.
La investigación ha revelado que las uvas contienen más de 1.600 compuestos vegetales beneficiosos, y dado que la mayor concentración de antioxidantes está en las semillas y la piel, es mejor comerlas enteras que simplemente beber jugo de uva. Además, también vale la pena señalar que las uvas rojas son más altas en antioxidantes que las verdes porque contienen antocianinas, un tipo de flavanoides que es responsable de su color.
3.- La inflamación en su cuerpo bajará
La inflamación crónica puede causar una serie de síntomas a largo plazo y problemas de salud, incluyendo dolores musculares y dolor en las articulaciones, aumento de peso, dolores de cabeza, fatiga, y problemas gastrointestinales. También se ha relacionado con el cáncer, enfermedades del corazón, Enfermedad de Alzheimer, diabetes tipo 2, artritis, y otras condiciones graves.
Por suerte, según Claybrook, la diversidad de potentes antioxidantes que se encuentran en las uvas puede ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo. Específicamente, resveratrol es conocido por tener propiedades antiinflamatorias. Múltiples estudios han encontrado que tomar extracto de polvo de uva puede aumentar los niveles de compuestos antiinflamatorios en la sangre.
4.- Es posible que el estómago se enfade, si come demasiados
“Aunque las uvas están muy sanas, demasiado de algo bueno todavía puede ser un problema”, dice Claybrook.
Si comieras, digamos, 2 tazas de uvas, obtendrías casi 47 gramos de azúcar, eso es casi el equivalente a dos barras de caramelo. “El azúcar causa aumento de peso, por lo que no quieres comer uvas antes de la libra”, añade Claybrook. “Las uvas también podrían causar gases, hinchazón, diarrea y malestar estomacal si se exagera”.
Una porción es aproximadamente 1/2 taza o 16 uvas, que pueden parecer pequeñas, pero controlar el tamaño de la porción de esta fruta le permitirá cosechar los beneficios sin los riesgos de problemas digestivos y aumento de peso.
5.-Reducirá el riesgo de padecer enfermedades cardíacas
Una taza de uvas contiene un impresionante 288 miligramos de potasio, que juega un papel clave en la reducción de la presión arterial. No sólo eso, pero los estudios han demostrado que las uvas rojas contienen compuestos que pueden ayudar a reducir el colesterol LDL total y “malo”.
“Se ha demostrado que los polifenoles de las uvas reducen el riesgo de aterosclerosis (endurecimiento de las arterias) “, añade Claybrook. “Hacen esto, por supuesto, eliminando los radicales libres, pero también mejoran la función de los tejidos y ayudan a evitar que el colesterol LDL se dañe y se pegue a las paredes de los vasos sanguíneos. También ayudan a mantener la elasticidad de los vasos sanguíneos, reduciendo así la presión arterial y evitar que las plaquetas se peguen y creen zuecos”.
6.- Su sistema inmunitario recibirá un impulso.
Las uvas son una fuente estelar de vitamina C, que empaca el 27% de la I+D en 1 taza. Como usted puede o no saber, la vitamina C es un nutriente esencial que beneficia a su sistema inmunológico, lo que puede explicar por qué los estudios del tubo de ensayo han demostrado que el extracto de piel de uva puede proteger contra el virus de la gripe.
De hecho, una investigación de 2013 que comparó los efectos inmune-impulso de cientos de alimentos encontró que las uvas rojas se destacaron, principalmente debido al resveratrol, que trabaja con la vitamina D para elevar la expresión de un gen específico implicado en la función inmune.
Fuente: Eat This, Not That
Foto de portada: Anna Shvets from Pexels
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