–¿Qué te parece si hacemos una convocatoria para crear un comic en el grupo de dibujo? –Le propuse la idea a un buen amigo, fundador del grupo La Mesa Redonda Del Dibujo. Con el entusiasmo que lo caracteriza, me apoyó sin objeción.
Así que lanzamos la propuesta y en menos de que canta un gallo, ¡formamos un equipo de 6 grandes artistas!; todos separados por miles de kilómetros de distancia, pero unidos en el arte. Cada uno de ellos estaría a cargo de una parte del proyecto. Para los que no están familiarizados con la creación de comics, es común que la obra se divida en varios pasos: guion, diseño de personajes, bosquejo de la historia, línea de arte o entintando, color, globos de texto y portadas. Para tomar las cosas con seriedad, compartimos un programa de trabajo, el cual definiría las tareas por completar, así como las fechas razonables de entrega.
El talento de los artistitas viajó como si fuera un animal emplumado que vuela a través de montañas, océanos, ciudades e ¡incluso continentes! El vuelo tendría como meta un solo objetivo: la creación de un pequeño comic, Aventuras en el Hotel She-ratón. Iniciamos desde Los Estados Unidos, para luego hacer parada en Nicaragua; después la ruta continuó en dirección de la madre patria, España y antes de la parada final, pasó por Israel para hacer su recorrido final por México y aterrizar en Venezuela.
Durante la marcha aprendimos varias cosas. El trabajar en equipo, solucionar problemas técnicos y llegar a acuerdos cordiales fue una pequeña parte que nos ayudó a instruimos en el tema. Sin embargo, más allá de tecnicismos, yo creo que el haber tenido la oportunidad de trabajar con mis compañeros, vino acompañada de un gran obsequio, ¡la amistad!
Este proyecto nos motivó a trabajar en momentos de confinamiento, nos apoyamos mutuamente, compartimos risas, así como dolores de cabeza. En momentos de frustración nos animamos los unos a los otros, convirtiendo los problemitas en retos, todos con la disposición de resolverlos en armonía. Además, me atrevo afirmar que tanto mis compañeros como yo, aprendimos sobre la vida y la entereza de una de nuestras compañeras. El talento desbordante de los dibujantes me transportó a un mundo donde vi las caras y colores de los personajes, se difuminaron de un campo imaginario, ya estaban frente a mis ojos. Qué bonita sensación el poder visualizar el escenario del hotel donde se desarrolló esa simple historia de ficción y lo mejor de todo fue que logró desviar nuestra atención del constante bombardeo de tristes noticias relacionadas con el COVID-19.
Los invito a leer y observar con detenimiento cada detalle de nuestro comic Aventuras en el Hotel She-Ratón y si lo desean imaginen la mano de cada artista plasmando su talento con entrega, invirtiendo todo el tiempo necesario, como si fuera una película en cámara lenta creando cada viñeta de la historia. Espero que perciban como cada uno de nosotros nos conectamos a través de la tecnología, de la inspiración y del pensamiento para compartir con los aficionados de los comics una simple historia realizada con lo mejor de cada uno.
A esos GRANDES ARTISTAS, así con mayúsculas, le digo: Gracias por la dicha de trabajar con ustedes, gracias por compartir un poco de lo que son ustedes, gracias por regalarme parte de su alma.
Cerca de una década atrás, incursioné en el mundo de los libros. Tengo como parte de mi repertorio una novela titulada Un cubano más y tres libros infantiles bilingües: El futbol más allá del cielo y el duo de cuentos Sandy & Manchas.
Además, como miembro de la Sociedad de Escritores de Columbus Ohio, tuve la oportunidad de colaborar en la antología Resoncancias y Fantasías.
Recientemente, estoy trabajando con el objetivo de ilustrar mis cuentos, por lo que he dedicado parte de mi tiempo libre para aprender a dibujar.
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