Todas las metas de prosperidad personal incluyen una o varias de las características de la cultura. El individuo no puede triunfar en la vida si no es parte de un contexto cultural y eso requiere que pueda contar con la solidaridad de otros. Al mismo tiempo, como en la Filantropía de Cultura todo es recíproco, el individuo tiene el compromiso de ser solidario con otros. Lo que conocemos como solidaridad cultural es la práctica continua de micro y macro amabilidades para mantener las relaciones humanas y contribuir a la sociedad con un comportamiento cultural positivo.
El opuesto de la solidaridad cultural es la desconexión con las demás personas e instituciones a través de la incertidumbre, el mal obrar y el egocentrismo. Cuando al individuo le importa su bienestar del momento más que el progreso de todos es un ser restante que raramente va a contar con la confianza de las demás personas.
En una sociedad moderna con comunicaciones en línea con personas a la distancia, desconocidos y con mucha fragmentación por la pandemia y los retos sociales de falta de igualdad, poder tener un círculo de confianza es fundamental para poder prosperar. El triunfo del individuo depende de esa solidaridad cultural que se genera cuando hay metas concretas, enfoque en asuntos bondadosos y cunado mantiene la distancia de lo que agresivo, de la falta de lealtad y las mentiras. Un ser humano de comportamiento cultural positivo se enfoca en la lealtad, la verdad y su deber para con la sociedad. Estando solo no se puede prosperar, es la cultura la que nos lleva lo que se denomina triunfo. #CulturePhilanthropy
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Foto portada: Por Monstera from Pexels
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