Como hispanos, en estas fechas, es costumbre el consumo de ponches de huevo que contienen alcohol y que permite a las señoras que normalmente no toman compartir en las fiestas. Sí, estoy hablando de estos ponches que cambian su nombre según el idioma del país que los acoge y que deben su origen a Inglaterra cuando al tomar la lecha caliente y ponerle vino, además le agregaban huevos para hacerlo más espeso. Dicen que “alentaba” a los enfermos.
Al llegar a Estados Unidos deciden ponerle ron. Al ron colonialmente le decían “grog“. Como la bebida era a base de huevo y ron, se llamó Egg ang Grog y con el paso del tiempo se acortó a Eggnog; Por su consistencia, se hace habitual tomarlo en el invierno.
Lo que no estuvo previsto es que el Eggnog llegará a Puerto Rico, donde se hizo popular a mediados del siglo XX como resultado de mezclar ingredientes locales que por tradición se utilizaban en postres navideños, como el coco, el ron y la canela. El Coco entra a ser el protagonista, llega la leche condensada y la leche evaporada a la isla como consecuencia de los comerciantes que comenzaron a importar productos enlatados a la isla y así nace el “Coquito”.
La preparación del coquito es un verdadero arte culinario transmitido de generación en generación. Cada hogar tiene su versión especial, y la elaboración de la bebida suele ser un evento social que fortalece los lazos.
El ron es el destilado que añade la sensación festiva a la mezcla. La canela y la nuez moscada aportan capas de complejidad y un toque aromático a la bebida. Algunas recetas incluyen vainilla, lo que intensifica su sabor.
Esta es una receta básica para prepararlo:
Ingredientes:
2 tazas de leche de coco
1 lata (8.5 oz) de crema de coco
1 lata (12 oz) de leche evaporada
1 lata (14 oz) de leche condensada
1 cucharada de vainilla
2 ramitas de canela
2 tazas de Ron blanco
Preparación:
Mezcla los ingredientes líquidos en una licuadora.
Añade las ramitas de canela.
Divide en las botellas o en una jarra de cristal con tapa.
Deja enfriar en la nevera mínimo 2 horas.
Sirve bien frío.
El intercambio de coquito se arraigó tanto en la cultura puertorriqueña que es común regalar botellas de la bebida como gesto de amistad y aprecio durante la temporada navideña. El coquito se convierte en un vínculo que une a las personas en un espíritu de celebración y generosidad.
Coquito no es simplemente una bebida; es un tesoro cultural que encapsula la historia, la tradición y la generosidad de Puerto Rico. Es por eso por lo que competencias como la del Museo del Bronx en NYC o la Alianza de artes de Puerto Rico en Chicago, en el Festival Nacional del Coquito se promueven para destacar a los mejores exponentes de esta bebida.
Así que, la próxima vez que levantes un vaso de coquito, recuerda que estás brindando no solo por una deliciosa bebida, sino por una rica herencia de historias y tradiciones que han resistido la prueba del tiempo.
¡Salud y felices fiestas!
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Miske Casa Agave posiciona a Ecuador en el mundo
Posee doble titulación como Sommelier, otorgada por la Escuela Argentina de Sommelier (EAS) y la Escuela de Restauración de Barcelona (ESHOB), además de haber alcanzado el nivel II del WSET. Su pasión por el mundo del vino la ha impulsado a escribir para la Revista SOMMELIER y la Guía de Vinos de Colombia, contribuir con columnas de opinión en el Diario Occidente, y colaborar con Lanota-Latina durante el último año.
Aunque disfruta del cine y la lectura, su verdadera pasión reside en compartir su conocimiento sobre bebidas y productos gourmet con otros entusiastas. www.maximsommelier.com
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Gracias por recordarnos la hermosa historia de esta bebida. Me recuerda aqui en Colombia al sabajon, que con mezcla de huevo, anis y otros aromáticos nos recuerda lo tipico del sabor andino.